Iba la peste camino a Bagdad cuando se encontró con Nasrudin.
Él le preguntó ¿A dónde vas?
La peste le contestó: "A Bagdad, a matar a diez mil personas".
Después de un tiempo, la peste volvió a encontrarse con Nasrudín, quien muy enojado le dijo:
"Me mentiste. Me dijiste que matarías a diez mil personas y mataste a cien mil".
"Yo no mentí, maté diez mil, el resto se murió de miedo".
En momentos como este, donde una epidemia amenaza a nuestro país y a nuestra gente; adicional a la epidemia misma, nuestros peores enemigos son el miedo y la ignorancia, que, curiosamente, son los peores pecados en el Islam y en el Hinduismo.
El miedo paraliza, nos afecta y reduce nuestros mecanismos de defensa natural.
La energía que manifestemos positiva o negativa se puede traducir en la magnitud del daño que esta situación pueda causar.
Seamos responsables y sigamos al pie de la letra las instrucciones. Usemos nuestro sentido común y seamos en extremo precavidos con las medidas de higiene y prevención.
Y más allá de transmitir pánico a nuestros conocidos y seres queridos, informémonos e informemos a los demás de las medidas necesarias. Procurando a través de nuestra comunicación y energía transmitir paz y amor, que en estos momentos son nuestras defensas más poderosas.
Son tiempos de recogimiento y reflexión, algo tenemos que aprender de esto.
Que la paz los acompañe.
Él le preguntó ¿A dónde vas?
La peste le contestó: "A Bagdad, a matar a diez mil personas".
Después de un tiempo, la peste volvió a encontrarse con Nasrudín, quien muy enojado le dijo:
"Me mentiste. Me dijiste que matarías a diez mil personas y mataste a cien mil".
"Yo no mentí, maté diez mil, el resto se murió de miedo".
En momentos como este, donde una epidemia amenaza a nuestro país y a nuestra gente; adicional a la epidemia misma, nuestros peores enemigos son el miedo y la ignorancia, que, curiosamente, son los peores pecados en el Islam y en el Hinduismo.
El miedo paraliza, nos afecta y reduce nuestros mecanismos de defensa natural.
La energía que manifestemos positiva o negativa se puede traducir en la magnitud del daño que esta situación pueda causar.
Seamos responsables y sigamos al pie de la letra las instrucciones. Usemos nuestro sentido común y seamos en extremo precavidos con las medidas de higiene y prevención.
Y más allá de transmitir pánico a nuestros conocidos y seres queridos, informémonos e informemos a los demás de las medidas necesarias. Procurando a través de nuestra comunicación y energía transmitir paz y amor, que en estos momentos son nuestras defensas más poderosas.
Son tiempos de recogimiento y reflexión, algo tenemos que aprender de esto.
Que la paz los acompañe.